Lo que debía ser una noche de fiesta para el fútbol, y un gran partido entre el Milan y el Sevilla, se convirtió en un gran homenaje al fallecido Antonio Puerta. Hay que decir que el conjunto italiano dió muestras de su grandeza durante todo el encuentro. Las aficiones unidas, Kaká señalando el nombre de Puerta al anotar su gol, al igual que su compañero de equipo Seedorf al ser sustituido, ya que las camisetas de los dos equipos llevaban el nombre de Puerta inscrito debajo del número de cada jugador.
Todos queríamos que el Sevilla levantase esta copa mas que niguna de las otras cinco, que Javi Navarro y Martí alzasen ese trofeo hacia el cielo, ese cielo donde Antonio reside, y desde el que va a acompañar a sus compañeros de equipo para siempre.
Su recuerdo es imborrable para el mundo del fútbol, ya que hace justo un año, hablabamos de la que lió cuando entró al terreno de juego, volviendo loco a Puyol y provocando un penalti, e inventándose una maravillosa jugada de las que se recuerdan para siempre, aunque la pelotita no entrase.
Solo deseo que el Sevilla y el sevillismo se recupere lo antes posible, que gane al AEK, y que recupere la alegría en el juego que tanto caracteriza a este equipo.
Ahora juega con 12, pero esperemos que sea un estímulo y algo beneficioso para el equipo, ya que su figura y su recuerdo puede pesar demasiado.
El Sevilla se merece seguir disfurtando, y como siempre ha dicho su presidente: "Lo mejor está por llegar". Y que así sea.
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